martes, agosto 01, 2006

sin nombre...


ya no tengo nombres con que llamar a la tristeza,
ya no me quedan estados de ánimo con que registrarla,
no puedo sino postrarme ante su gigantesca sombra,
echarme al suelo y encogerme en un ovillo tembloroso,
esconder mi cabeza bajo mis brazos delgados,
escuchar el murmullo de mis deseos huidizos,
el adios de unas ilusiones que me abandonan en su destierro
en busca de una persona nueva
que les de cabida y salida en forma de flores mágicas,
ya no puedo sentir el temor ni el miedo
mil veces me he hecho fuerte para sobrevivir,
insensible a mi único modo de sentir, la indiferencia.
cada día se libra una nueva batalla
y nunca pierdo, pero nunca gano,
permanezco donde estoy
en mi trono de papel en lo alto de una duna móvil
que me transporta de un lugar a otro
navegando por todo mi reino,
que me obliga a ver lo que he sembrado a mi alrededor,
la desolación que habita todas las cosas que tocan mis dedos,
las que nombran mis labios en su estremecimiento,
tan diferentes de las que acaricié con mi mirada ensoñadora...
cuando era joven... cuando fui niña...