lunes, septiembre 12, 2005

y ahora qué...


no sé por qué, es cuando camino que se me ocurren cosas que escribir, cuando la cabeza hierve y se me llena de ideas que tal vez son tonterías pero que sin saber por qué me gustaría recordar y registrar en un papel... justo en un momento en el que no puedo detenerme para plasmarla (aunque no sería la primera vez que si ésta es corta lo haga -el pararme un segundo para coger el lápiz y apuntarlo en cualquier papel si en ese momento no llevo mi pequeño bloc en el que anoto lo que se me ocurre en mis cuasi-diarios viajes en tren a BCN) pero hoy caminaba hacia la playa y lo único que llevaba era un libro y lo malo era que las ideas se encadenaban unas a otras, sin parar, y se hacía interminable la retahila que surgía, imposible escribir una notita de nada y no quería que el libro, cuyo autor me encanta y admiro se conviertiera en la víctima propicia de mis discursos tontos... además, tenía escrita en la página inicial en blanco -de cortesía, se dice?- la dedicatoria de duendecillo y es que el libro había sido un regalo suyo que me trajo el mismo día de la aparición del libro en las librerías sabiendo muy bien que iba a estar encantada, dando botes de alegría... uhmmmmmm, pues eso, que ya hago bastante subrayándolo y anotando en los márgenes expresiones, signos de admiración o interrogación (según sea mi sorpresa o perplejidad) como para garabatear el resto de zonas en blanco que pudiera conseguir... en fín... pensaba yo sobre temas recurridos, nada nuevo por otra parte, sobre el tiempo que pasa imperceptible sin que nos parece que ocurra nada, ese tiempo lento que vivimos en soledad y que sin embargo parece precipitarse cuando lo pasamos en compañía, esa sucesión de días que pasamos entre amigos y que parece que sean los que vivimos más intensamente, en los que parece que pasan cosas, muchas, mientras que los que pasamos a solas con nosotros mismos y nuestros fantasmas parecen destinados a desaparecer en el olvido y a los que valoramos de manera tan distinta, sin darles siquiera valor, olvidándolos porque parecen no dejar ninguna huella, ningún signo en el exterior... es extraño, sin duda... es extraño como la compañía de otras personas transforma por completo nuestra percepción de todo, de nosotros mismos, del mundo... bueno, tal vez acabe de decir una tontería sublime... pero a veces entiendo tan poco las cosas... me gusta estar a solas, me gusta aunque me sea nociva, en cuanto me aislo del mundo caigo en una especie de melancolía y tristeza peculiar que me hace odiarlo todo, a mí misma la primera... caigo en una especie de desánimo, desde el que cada vez quiero menos, menos de todo, aunque en el fondo sé que lo que ocurre es justo lo contrario... lo quiero todo, absolutamente y en su forma más sublime, más ideal... lo cual es imposible... de manera que así estoy de nuevo sumida en la más negra de las profundidades (matarile-rile-rile). Hace dos semanas empecé otra época de reabertura al mundo, después de un verano tocado por el gris, abrí mi libretita polivalente, en la que anoto los teléfonos y también mis desvaríos y alguna información concreta que surge en un momento preciso (como tiene los bordes de colores diferentes es fácil separar cada "tema") llamé a O. para ir a ver una exposición y allá fuimos, duendecillo, O. y yo... pasamos una tarde como "las de antes", las de antes a qué?, de qué?... no lo sé exactamente, como la de antes de la pérdida de la inocencia, como la de antes de la caída en la rutina que me aplasta y me cansa tanto, tantísimo, como la de antes de dejar de creer en todas las cosas... no lo sé... pero me gustó volver a saborear esa sensación de paz... una tarde cansándote de leer en los monitores para seguir la exposición, salir y pasear por las callejuelas de la ciudad antes de coger de regreso el tren, detenerme frente a un escaparate y pedir la opinión a mis acompañantes sobre qué color escoger el collar que me parece que encantará a Z.: el naranja, el rojo, el verde????... hablar con la dueña de la tienda a la que conozco ya que es una tienda a la que suelo acudir en busca de ideas para regalos por aniversarios y por Navidad y que casualmente es compañera de un conocido... esas pequeñas coincidencias que lo hacen todo un poco especial... es lo más relevante de esa semana, de la semana pasada mantengo más recuerdos, tal vez porque es más reciente, la verdad es que no hago muchos esfuerzos por recordar más... pero la semana pasada pasaron cosas... vinieron S. y N. y nos fuimos andando por un camino que hay por la costa hacia Sitges, la semana fue particularmente lluviosa y el cielo estaba lo suficientemete nublado como para que el sol no resultase molesto y poder disfrutar más de la caminata que nos esperaba... hablábamos durante el camino, nos reencontrábamos las 3 amigas después de mucho tiempo - yo es fácil que vea a S. pero no tanto a N.- así que fue una ocasión para seguir con nuestras bromas, nuestros comentarios, y hablamos sin cesar sobre cualquier cosa, mientras señalaba las nubes, el mar, las calas, las gaviotas (o aves muy parecidas, que soy incapaz de distinguir nada... en las Cies había montones de cormoranes y para mí todo eran gaviotas, pero de eso hace mucho tiempo y yo era mucho más joven, y tampoco las aves me interesaban demasiado, las veía, eran bonitas, embellecían el paisaje y no buscaba nada más, ninguna ciencia ornitológica me estallaba en la cabeza... tal vez igual que ahora)...
después del lunes vino el martes y ví a Z. y E. fuimos al cine (con duendecillo, claro!) a ver Charlie y la fábrica de chocolate... teníamos planeado coincidir como ocasión única porque nuestros gustos , sobre todo el mío y el de E., son bastante diferentes, y no hay manera de poder ir nunca juntos al cine, así que era una ocasión verdaderamente especial... después del cine fuimos a tomar algo y dí a Z. el collar que había elegido para ella la semana anterior (finalmente fue el naranja!) junto con un bolso que compré durante el verano en la paradita de los hippies en Sitges, de color amarillo, cosido con hilos verdes y rojos y cristalillos (a la manera de la India) formando cuadrados pequeños, muy chulo, a mí me encantaba pero tengo ya demasiados bolsos y a veces me parece abusivo mi consumismo y el siempre cumplir mis "caprichos"... tengo que controlarme sino me malcrío y no puede ser, pero si no es para mí acabo comprándolo para alguien querido porque lo veo tan bonito que no puedo reprimirme... (siempre que esté al alcance de mi economía claro!!!!), bueno que a Z. le encantaron mis regalos -había sido su cumple el día 2, pero entonces estaba en su casa, en Bilbo... Bilbo... me recuerda a Tolkien y me gusta... pensar en un mundo totalmente mágico, aunque luego no hay nada de eso, y es Bilbo, España-... a todo eso llegamos tarde a casa y duendecillo estaba cansadísimo y no de demasiado buen humor... no hay manera de recuperar sueño... y miércoles... especial, especialísimo... cogí a mis sobrinas I. y M. (de 8 y 5 años), subimos al tren y a BCN... es la primera vez que me voy con las dos a BCN, y ya es mala suerte, escogemos el día en que se esperan tormentas fuertes y así fué... ah! vamos a ver Charlie, pero esta vez doblada... a ellas les encantará, y bueno, después de hacer cola bajo la lluvia conseguimos entrar en la sala, después de mojarnos y encontrarnos con que la peli ya ha pasado su primera escena (la de la fabricación de las tabletas de chocolate) pero ellas no lo saben y, en fin... una lástima, aunque para ellas no cambia nada, no sucede nada que impida que no entiendan la peli, pero la escena es chulísima, todo mecanizado, el proceso de elaboración del chocolate, el colocar las 5 tarjetas doradas y la salida de la fábrica de las tabletas hacia todo el mundo... son 5 minutos de nada, pero... en fín, ojos que no ven corazón que no siente...
a la salida volvemos a la estación y cogemos el tren... luego me enteraría que fue el último tren que funcionó con regularidad, los demás sufrieron retenciones de hasta más de 2 horas!!!, duendecillo por ejemplo, llegó a casa a las 23h, cuando lo normal hubiera sido llegar a las 21.15... pobre... otro día llegando tarde! pero quería hablar de I. y M., de lo admirable y sorprendente que me parece verlas crecer y como crecen y acuden las ideas que conforman su mundo, poco a poco, las preguntas que se hacen, su curiosidad sobre las cosas y su ingenuidad, su mirada particular, su felicidad y su despreocupación propia de su inocencia... me da pena que tengan que crecer porque a veces pienso que tal vez nunca vuelvan a ser tan felices, y piensas en el daño que les puedan hacer y... me alegro de no ser madre, me alegro de no tener que temer por la felicidad e infelicidad de las personas a las que quieres más que a tu vida y que vería indefensas, no preparadas para vivir en este mundo... me parece que intentaría tanto resguardarlas del sufrimiento que me equivocaría, que viviría yo en un estado de alerta permanente, presa del terror, deseando que nada malo les ocurriese... sería un desvivir y además sería lo peor que les podría hacer, de alguna manera sólo les estaría transmitiendo mi miedo, mis temores... y a veces me parece todo lo contrario que me olvidaría de mí e intentaría transmitirles toda la confianza en ellas mismas de la que fuese capaz (que es eso lo que debo hacer!), para crear en ellas un sentimiento fuerte de seguridad, valor y coraje, que les hiciese creer en sí mismas y en lo que hacen en sus vidas, creo que es algo impagable, algo "sano"... positivo para encarar la vida y posicionarte en ella, creo que tienes que creer en tí, quererte y valorarte... eso no te hace un déspota, te hace justa... no sé... creo en la justicia, igual que creo en la verdad, a pesar de saber que no hay una única verdad, pero no sé... creo que las personas deben tener estos valores aunque la sociedad no los tenga, aunque el mundo se los salte a la torera, pero creo que debe haber gente justa y que quiera la verdad... no sé... pero vuelvo aunque sea un minuto a mis sobrinas, sólo para mencionar la alegría que brilla en los ojos de M., - I. sin saber por qué, tal vez porque es muy tímida, o más introvertida, porque en realidad M. también lo es, no muestra tanto su alegría, sus ojos no brillan igual, su mirada es más serena- en la sonrisa de las dos y me doy por satisfecha, aprendo mucho con ellas, me veo y me entristezco, siento su alegría y me contagio con su vitalidad, no sé... de todas maneras el instinto maternal sigue sin aparecer, lo aborté hace mucho y no quiero verlo aparecer ahora... y bueno, pronto será tarde para echarse atrás... habrá pasado el tiempo y ya no habrá nada más que hacer que seguir hacia adelante... sin hijos, sin pena ni gloria...

el jueves... más tranquilo, aunque se me ocurre ver las noticias y todo son desgracias, todo desmoraliza, todo depravado y podrido, todo corrupto... quien puede hacer nada???? quien quiere hacer algo????, no lo sé... no puedo confiar en nadie, no veo cómo el mundo se puede salvar... ni ONU, ni ONG, no hay nada que proteja de las injusticias, se abusa de las situaciones, se saca provecho de las desgracias ajenas sin piedad, porque las desgracias de unos son beneficios para otros, siempre hay alguien que gana, y siempre ese alguien curiosamente tiene el poder... y nada ni nadie parece poder detenerlo... no se entiende... o por lo menos yo no lo entiendo, no lo quiero entender... cada vez que veo las noticias es lo mismo, acabo maldiciendo el mundo y deseando la muerte a unos cuantos... y no me gusta, me encuentro mal y me gustaría desaparecer, irme lejos, pero hacia dónde, en que lugar del mundo me podría esconder... y de qué sirve, si me voy a ver envuelta en mi soledad y no se si podría convivir yo a solas con ella mucho tiempo sin enloquecer... y reclamaría de nuevo el mundo esté como esté... jugando con todos en esta ruleta rusa, la suerte (o no!) de estar vivo un día más... y tener algo que contar, que querer, que apreciar... no lo sé...